miércoles, 27 de octubre de 2010

TIEMPOS DE AVIVAMIENTO




"...sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo e scogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia."
1ª Corintios 1:27-29

      La humildad es comunmente mal entendida como desdén, displicencia y negligencia. La humildad no pasa por tener un concepto más bajo de nosotros que busque justificar nustra falta de pasión o que genere en los otros algún sentimiento de lástima. Humildad es reconocer lo que somos y lo que podemos llegar a ser siguiendo la senda de nuestro maestro. No es pretención atribuirse grandes desafíos y sueños que redunden en gloria al cordero que fue inmolado por nuestros pecados. Todas obra espiritual nace y finaliza en aquel que es espíritu y toda gloria se asume del autor y consumador de nuestra fe y por lo tanto de nuestro sueños de fe. "Dios hará un gran avivamiento a través de mí" decía Charles Spurgeon en el siglo XIX. Muchos tildaron sus palabras (y lo hacen aún) como arrogancia disfrazada de espiritualidad. Sin embargo, el predicador argumenta que lo vil y menospreciado utiliza Dios para hacer su obra; para que nadie se jacte en su presencia, "por lo que Yo (decía Spurgeon), cumplo con los requisitos".

      Dios hará una obra inmensa a través de nosotros, ya que hemos llegado a la convicción, tanto por la Palabra como por la experiencia, de que somos viles, necios y débiles, lo cual nos capacita para lo grande. Dios, glorifíquese a través de nosotros. 

      ¿Qué hará Dios contigo?

No hay comentarios: