domingo, 8 de noviembre de 2009

La mejor y más buena noticia



Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no ha sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días?
Lucas 24:18

De seguro que una gran noticia debe recorrer el mundo lo más pronto que sea posible, nadie puede quedar ignorante de algo que produce tal efecto emotivo en las personas como lo hace una buena noticia; más aún, algo que significa un beneficio para todo aquel que lo oye debe ser sabido en todo lugar. La Biblia resume su contenido esencial en una gran noticia, la mejor y la más buena. Tal como un ave que desciende en círculos sobre su presa, la Biblia realiza un recorrido paulatino y progresivo hacia un pueblo, una tribu, un hombre, una semana de su vida, cada uno de los detalles de sus últimas horas de vida y lo que ocurrió luego de su muerte. Ese mensaje se constituye en una excelente noticia para todo aquel que la escuche. Sin embargo, no todos valoran esta buena nueva ya que no todos comprenden a ciencia cierta la importancia y lo beneficiosos que pueden llegar a ser para ellos esos acontecimientos ocurridos a tanta distancia histórica y cultural. La mejor y más buena noticia tiene que ver con los susesos ocurridos a un hombre judío ("si es que era sólo un hombre" como lo dice Josefo) llamado Jesús. Nació en una ciudad llamada Belén, pero se crió y creció más al norte, en la ciudad de Nazaret. Fue carpintero de oficio al igual que su padre. Hermano mayor de una familia sencilla y, muy probablemente, el varón responsable de su casa luego de la muerte de su padre.
Una vida tan común debe llevarnos claramente a la primera pregunta: ¿por qué los acontecimientos de la vida de este hombre constituyen la mejor y más buena noticia? ¿existe alguna otra dimensión en su vida que sea necesario conocer?


Continuará...

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